lunes, 3 de noviembre de 2014

CONSIGNAS DEL TALLER IV

METAS - OBJETIVOS

"Siempre quise ser docente" o "siempre quise ser maestra" quizás son las frases más comunes que se escuchan decir...
En mi caso en particular sucedió que siempre quise hacerlo pero me daba "miedo" por decirlo de alguna manera, creía que era imposible, nose, quizás no me animaba a comenzar....
Hasta que tome la decisión y jamás me arrepentí, al contrario, disfruté cada momento, cada día de cursado, cada trabajo, cada charla, cada mate...
Mi único objetivo era llegar a la meta, terminar...
Y en ese transcurso viví cosas inolvidables...

¡¡¡¡QUE LINDO ES ARMAR CLASES!!!!
Y como me costó jaja
Luego de transitar todo este taller IV me dí cuenta de la importancia de las planificaciones, de que se nota cuando uno le "pone todo" (como nos pedían al principio) y cuando no...
Gracias a ustedes, mis profesoras, hoy sé armar unas hermosas clases, se escribir contenidos, objetivos, estrategias y todo lo que una clase debe llevar....
Muchas veces me sentí mal por no poder hacerlo, me enojé, lloré, y pensaba seriamente en seguir o no con esto.... Y AL FINAL..... fue un aprendizaje, un anécdota, un desafio que debía superar.
Y lo logré, y hoy estoy muy feliz por eso.

En el aula me sentía realmente una docente, me sentía segura de mi misma, de lo que estaba haciendo, de lo que había elegido hacer...

Como alternativas para mejorar considero que debería llevar más juegos a los niños que en la primera parte de residencia quizás me faltó y en la segunda pude llevarlos a cabo, rescato la idea de llevar mucho material concreto que también me dió buenos resultados y que también en la primera parte estuvieron un poco ausentes... Tal vez por no "encontrar la manera" o no haber llegado a los chicos de la manera correcta, o no saber que hacer ante un grupo dificil y diverso....
Siempre me quedo pensando que pasó... Que tendría que haber hecho, de que manera tendría que haber actuado para que ellos me presten la atención que yo necesitaba.... o los que se portaban mal , que se porten bien....
Quizás debí acercarme a ellos de manera más personal, averiguar que cosas le gustaban, que tenían ganas de hacer, que pensaban, a que querían jugar... Siempre me quedará esa duda y esa asignatura pendiente...

Sentí un gran cambio en mi seguda parte. No se si el cambio lo hice yo o fue el hermoso grupo con el que me tocó trabajar... La verdad fue una experiencia inolvidable y enriquecedora, la mire por donde la mire. Trabajar adecuaciones me ayudó muchísimo, ponerme en el lugar de cada niño, sentarme con ellos, abrazarlos, ayudarlos, apoyarlos, planear en casa cada cosa que les iba a llevar, cada actividad, pensada y estudiada para ellos, para cada uno...
Creo que se notó y mucho el cambio, yo me sentí muy feliz y mucho se lo debo a ellos, a los niños.

FUE UN GRAN AÑO, EL MÁS SIGNIFICATIVO PARA MI, EL MÁS IMPORTANTE....
EL ÚLTIMO...

sábado, 1 de noviembre de 2014

Reflexión final...

Literalmente siento una mezcla de muchos sentimientos... Alegría y melancolía...
Fueron demasiadas las cosas vividas este año, sumado a los cuatro años transitados en el instituto.
Siento mucha alegría de haber llegado hasta donde llegué, todos los obstáculos que creí tener hoy son todos aprendizajes; siento alegría por todas las experiencias vividas, por haber ido a las escuelas que fui, por conocer a las personas que conocí, que jamás olvidaré porque son parte de mi carrera, de mi formación, del recuerdo, de todo. 
Agradezco a cada una de las personas que fueron parte de ese transito por el instituto y fuera del mismo. Creo que no somos conscientes que nos quedan por vivir solo 9 clases o menos. De solo pensarlo me corre un escalofrío muy fuerte. Pensar que el año que viene cada uno va a comenzar a recorrer otro camino, que no nos vamos a encontrar todos los días 18:30, que quizás nos vamos a encontrar poco y donde nos encontremos tal vez sea en alguna escuela, reemplazando.... Que raro suena no? Ahí es donde me agarra esa melancolía...
Ese miedo, mezclado con alegría de lo que se nos viene por delante, ese futuro que tanto esperamos, y que hoy está tan cerca, el que hoy se está haciendo realidad. Esa "mochila" tan cargada que tenemos hoy, es increíble!!!!! tantas cosas hemos metido en ella, tantas experiencias, tantos aprendizajes, tantas planificaciones jaja Que lindo es hoy, volver a mirar hacia atrás y ver todo el camino recorrido, hermoso e inolvidable.
GRACIAS !! Es todo lo que puedo decir hoy, a TANTAS personas que me ayudaron, que nos ayudaron a cumplir este sueño: SER DOCENTE....
 

jueves, 30 de octubre de 2014

Para reflexionar...



Rosi, una tímida niña con una historia que contar

“Es muy tímida”, dijo su mamá.
Rosi, una niña de 7 años, llegó a consulta porque a su mamá le preocupaba su timidez. Nunca había tenido un problema de comportamiento, y sus maestras siempre adulaban su actitud obediente y tierna.
Sin embargo a Mariana, su madre, le preocupaba el que rara vez mostrara sus emociones, y su forma tan reservada de ser. No tenía queja alguna de su comportamiento, pero sentía que su corazón encerraba algo.
Ya sentadas las tres en mi consultorio, Mariana me comentó estas actitudes de su hija, con ella sentada a su lado. Noté cómo Rosi bajaba la mirada y escondía la cabeza entre sus hombros.
Gaby: Veo que mientras tu mami habla tú bajas la mirada. ¿Te das cuenta?
Rosi: Mhhh, es que… mhhh…Rosi se sonrojaba mientras hablaba y gesticulaba.
Gaby: ¿Te parece que vayamos al arenero mientras tu mami me sigue contando?
Rosi: ¡Claro!Se levantó con un brinco y de inmediato se dirigió a la caja con arena.
Gaby: ¿Te gustaría escoger algunos muñequitos para poner en el arenero?
Rosi: “Sí,” dijo tímida, mientras tomaba juguetes y herramientas.
La madre continuó platicando sobre cosas que le preocupaban de su hija, y Rosi prestaba atención de manera disimulada.
Mariana: …No saluda, y cuando alguien le pregunta algo contesta con voz muy baja. Me gustaría que pudiera expresarse más, tú sabes Gaby este mundo es muy rudo y me preocupa que no sepa cómo manejarse.
Me acerqué a Rosi para ver su creación. Había creado una escena muy ordenada.
Gaby: ¿Me la puedes describir?
Rosi: Es una perrita que acaba de tener perritos y tienen una resbaladilla y además muchos juguetes.
Continuó describiendo mientras yo observaba su lenguaje corporal.
Noté que cuando describía la escena de la perrita y sus hijos, comenzó a comerse su suéter y su postura cambio ligeramente.
Gaby: Rosi, cuando me hablas de la perrita te haces hacia dentro, como un caracol. ¿Qué estás sintiendo?Vi como sus ojos se cristalizaban y se llenaban de lágrimas.
Nunca ha dejado de sorprenderme cómo detrás de cada comportamiento, de cada gesto, de cada forma de ser, hay una historia que necesita ser contada y escuchada. Lo que sucedió después de este reflejo fue muy liberador para todas nosotras…
Rosi: Siento feo…
Gaby: Y si feo fuera un sentimiento, ¿cuál sería?
Rosi: Mhhh, triste, contestó Rosi, mientras tomaba en sus manos a uno de los perritos en el arenero.
Gaby: Veo que tomas en tus manos al perrito. Quiero que te imagines que ese perrito habla y tú le vas a prestar tu voz para que lo haga. ¿Qué te dice?
Rosi: Que está solito.
Gaby: Yo veo que estaba con otros perritos y tú lo tomaste entre tus manos. ¿Qué pasó que se siente solito?
Rosi: Es que la mamá perrita ha estado muy triste, y el perrito pequeño prefiere estar solito para no molestarla.
Gaby: ¿Y qué pone triste a mamá perrita?
Rosi levanta la mirada y voltea a ver a su mamá, quien observaba en silencio, asombrada.
Mariana: Cuéntale mi amor, está bien.
Rosi: Es que llora mucho porque tuvo un bebé en su panza, que se fue al cielo, y pues está triste y el perrito no la quiere molestar.
Mariana cubre su boca con ambas manos, conteniendo su llanto. Rosi toma entre sus manos a mamá perrita y la lleva a su pecho, arrullándola. Está cabizbaja, meciéndose ligeramente.
Gaby: Rosi, veo que cuando tu mami comenzó a llorar cargaste a mamá perrita. Ahora estás cargando a los dos perritos. ¿Qué estás sintiendo?
Rosi: No me gusta que mamá llore por mi culpa.
Gaby: ¿Qué sientes cuando llora? ¿Se lo puedes decir a ella?
Rosi voltea a ver a su mamá, quien trata de contener sus lágrimas mientras ve a su hija a los ojos. Rosi da dos pasos hacia ella y se detiene, mirando hacia el suelo.
Gaby: Veo que te cuesta trabajo decirle a mamá lo que te pasa.
Rosi: Es que no quiero que llore más.
Mariana: No es tu culpa que yo llore mi amor, puedes decirme qué te pasa.
Rosi: Pero cuando estás conmigo empiezas a llorar y te vas a tu cuarto, y yo no quiero que te vayas mami…
Rosi se suelta en llanto, y Mariana salta a abrazarla. Ambas lloran juntas. Contemplo la belleza de ese momento en silencio, conmovida…
Ambas necesitaban hablar lo que la partida del hermanito les había ocasionado. Rosi, al igual que el perrito, se había sentido sola y con la necesidad de cuidar a mamá para que no estuviera triste. Un año después no sólo sentía que había perdido a su hermanito, también estaba perdiendo a su mamá. Necesitaba poder expresarle cuánto le hacía falta, y lo hizo.
Mariana por su parte, en sesiones posteriores se dio cuenta de que cada vez que se acercaba a su hija y quería jugar con ella sentía que traicionaba la memoria de su hijo a quien creía haberle fallado. Desde que sufrió el aborto estaba sumida en un duelo que parecía no tener sentido. “Estas cosas pasan,” era lo que escuchaba de todos, y lo que trataba de decirse a sí misma. Comprendió que necesitaba escucharse y validar lo que sentía. Que su dolor era muy real, y que necesitaba reconocerlo, estar con él, aceptarlo, para eventualmente poder soltarlo. Y que siempre y cuando fuese honesta y abierta con Rosi ambas estarían bien, y atravesarían el duelo creciendo y sintiéndose más unidas que nunca antes.
En este contexto que hemos creado, en el que el intelecto reina sobre el corazón, y que las calificaciones son más importantes que lo que nos sucede dentro, la mayoría de las personas viven muy lastimadas. La timidez, la hiperactividad, la rebeldía, el desafío o el exceso de obediencia, entre otros, con frecuencia son síntomas de mecanismos de defensa más profundos. De un intento del niño por encontrar cierto equilibrio, por compensar una carencia.
Te invitamos hoy a reflexionar sobre tu relación con tus hijos. ¿Qué es lo que hoy tienes oportunidad de retomar, de transformar? Coméntalo aquí mismo. Recuerda que este es un espacio seguro, en el que procuramos no juzgar y abrirnos a dar y recibir.
Los sucesos o las circunstancias de la vida no crean distancia ni sufrimiento, lo hacemos nosotros. Comparte esta reflexión. Para que padres e hijos vivan un poco más cerca.
Con amor,
Luis Carlos y Gaby